“A la orden”, dijo el tendero, pero cuando se acercó a los misteriosos sujetos fue atacado a bala por los sicarios que lo dejaron gravemente herido.
Tras el ataque, los sujetos huyeron con rumbo desconocido, ante la mirada impotente de varios residentes de la zona que solo conocían a la víctima como ‘el Cachaco’, pues tenía solo 25 días de haber montado la tienda en donde acaba de ser baleado.
Rápidamente el tendero fue auxiliado y trasladado al Hospital San Jerónimo de Montería, pero a los pocos minutos falleció pese a las labores de los galenos por salvarle la vida.
Ese mismo martes, pero horas antes en Cereté sicarios acabaron con la vida de José de los Santos Medina, ‘el Chino’, de 35 años, quien se movilizaba en una moto cuando fue interceptado por sujetos que le dispararon sin mediar palabra. Sobre este hombre se supo que se dedicaba a la venta de patacones. El hecho ocurrió en la vía que del casco urbano de Cereté conduce al corregimiento de Rabolargo.
El asesinato en hechos aislados de estos dos hombres en mención, no parecía ser trascendental. Sin embargo, fue el abre bocas a lo que al día siguiente se convertiría en el “Día Negro” de Córdoba, pues en cuestión de horas fueron asesinadas de manera selectiva nueve personas en diferentes puntos del departamento.
La seguidilla de muertes
Al día siguiente, dos sujetos en moto irrumpieron en una humilde vivienda en el barrio Cantaclaro y sin mediar palabra dispararon de manera indiscriminada en contra de todos los presentes.
Rafael Segundo Tapia, conocido como ‘el Choly’, de 40 años, murió en el lugar de los hechos, mientras que Luis Antonio Ospina Tapia, ‘el Leche’, de 18 y Jhon Jairo González Arteaga, de 25, murieron cuando recibían atención médica en una clínica de la ciudad. En ese mismo ataque, resultó herida Mareldis Ramos Córdoba, quien logró ser estabilizada por los galenos.
A su llegada a la escena del crimen, las autoridades acordonaron el sitio varias cuadras a la redonda y pidieron un gran grupo de policías y funcionarios de CTI para que custodiaran el lugar. Sin embargo, mientras realizaban la diligencia fueron requeridos para otro levantamiento.
Como si se tratara del cumplimiento de una macabra lista, otra persona acababa de ser asesinada. Eran las 11:00 de la mañana. Esta vez los delincuentes no habían ingresado a una tienda o casa. La acción fue más osada, pues los delincuentes detuvieron una buseta de la empresa Metrosinú que cubría la ruta Centro – Kilometro 15 y bajaron a Jaider Calderín López, a quien ultimaron a bala en una a pocos metros de la carretera, en la vía que conduce al caserío Alvarín, en zona rural de Montería.
En ese instante la víctima quedó como N.N., pues los asesinos se le llevaron todos los documentos de identidad.
La confusión de la ciudadanía se sentía en las calles, el temor se abría paso entre las multitudes de personas que llegaban a las escenas del crimen para percatarse de la identidad del nuevo muerto.
Antes de llegar el mediodía de ese miércoles, las autoridades enviaron un parte de seguridad y tranquilidad, pero la bala volvió a sonar.
Eran las 11:45 de la mañana fue asesinado en el barrio San Cristóbal, Miguel Ángel Borja, de 24 años, quien se encontraba sentado en una piedra charlando con su amigo Andrés Murillo Botonero, de 16. Este último intentó huir de los sicarios y trató de saltar por un canal de aguas servidas que pasa por la zona, pero las balas fueron más rápidas que él y lo impactaron en el aire. El menor cayó muerto en el acto.
El cierre de la jornada se homicidios se registró en las horas de la noche en Lorica, donde fue asesinado José Luis Pitalúa Ríos, conocido como ‘el Cabeza’, de 20 años, quien en ese instante caminada por la calle principal del barrio 6 de Enero, en Lorica.
Sobre todos los hechos enumerados en esta nota, poco o nada es lo que se sabe, pues los sicarios no han sido capturados ni los familiares de las víctimas mortales quisieron referirse a lo ocurrido.